El futuro de la tecnología RFID

La tecnología RFID ha supuesto uno de los mayores saltos de calidad en lo relacionado con la gestión de la cadena de suministro, haciendo que operaciones logísticas como el almacenaje y el transporte de productos sean mucho más eficientes, rápidas y económicas. Ha evolucionado mucho en poco tiempo, y todavía puede aportar mucho más en diferentes sectores.

Vamos a repasar qué es exactamente esta tecnología, dónde y cómo se utiliza, y qué beneficios se derivan de ella, para poder entender mejor qué nos puede deparar en el futuro.

¿Qué es la tecnología RFID?

RFID es un acrónimo que hace referencia a identificación por radiofrecuencia, que es una tecnología que sirve precisamente para identificar de forma única a un objeto.

Para su funcionamiento hacen falta tres elementos: la antena de exploración, un transceptor y un transpondedor. Lo habitual es que antena de exploración y transceptor vayan combinados, dando lugar a lo que se conoce como lector RFID, que es el dispositivo que ayuda a localizar el producto que lleva el transpondedor, como bien reflejan las últimas informaciones publicadas en Diario de Avisos.

El transpondedor suele fabricarse en forma de etiqueta adhesiva que puede pegarse directamente en el embalaje del producto que se desea tener localizado. Cuenta con un microchip y una antena impresa que son los componentes que emiten la señal que capta el lector RFID.

Su aplicación al sector logístico

La tecnología RFID puede aplicarse en el seguimiento de ganado, en el cuidado de la salud, en los comercios… pero su aplicación más habitual se da dentro de la cadena de suministro, concretamente en las tareas logísticas.

Al colocar la etiqueta transpondedora en un producto, cada bulto está totalmente localizado desde que sale del lugar de fabricación hasta que llega a manos del consumidor final. Siendo esto especialmente útil en las labores de almacenaje.

De hecho, la aplicación de esta tecnología ha desembocado en lo que se conoce como almacén caótico, que usan grandes empresas como Amazon, y que permite que las mercancías se muevan de forma mucho más rápida en el canal logístico.

En este sistema, la mercancía que llega al almacén no se coloca de forma ordenada, sino en el primer hueco libre que se encuentra. Cuando sea necesario recurrir a ella, se podrá localizar fácilmente gracias a la identificación por radiofrecuencia.

El futuro de la tecnología RFID

Mejora de la calidad del almacenamiento y la conservación

El microchip que lleva incorporado el transpondedor puede almacenar una gran cantidad de información, así que no es útil únicamente para localizar los productos. Dentro de él pueden registrarse datos importantes como el origen de la mercancía, la fecha de caducidad, las condiciones de preservación, etc. En definitiva, datos que pueden ayudar a que el producto se mantenga en las mejores condiciones posibles hasta llegar a las manos del consumidor final.

Mejora de la experiencia del cliente

Las compras online son algo totalmente normalizado en la sociedad actual, y las empresas que operan en este sector saben que una de las claves para conseguir clientes es poder entregar el producto lo antes posible. Para lograrlo, hay que hacer una buena gestión del stock y tener la mercancía localizada para poder enviarla rápidamente una vez que se produce la compra.

En este sentido, la tecnología RFID es y será de gran importancia, porque la información que contiene el microchip ayuda a hacer una mejor gestión del inventario, evitando que puedan venderse unidades que en ese momento no están en el almacén, y facilitando la localización del artículo que hay que enviar.

Mejora la seguridad

La desaparición de mercancía ha sido uno de los grandes problemas dentro del sector logístico. A los artículos que directamente eran sustraídos durante el proceso de almacenamiento y/o transporte, había que sumar aquellos que acababan perdidos en cualquier rincón del almacén o que, por error, se entregaban en un lugar diferente. Aunque este riesgo se puede cubrir con un seguro, si el volumen de desaparición de mercancía es demasiado alto, el coste que asume la empresa es también elevado.

Una de las ventajas añadidas de la tecnología RFID es que también se puede usar para mejorar la seguridad. Como los productos están localizados en todo momento, es mucho más difícil que acaben perdidos o sean sustraídos, reduciéndose así los costes de la actividad.

Ahorra costes

Además de los costes que se ahorran al mejorar la eficiencia de la logística, la identificación mediante radiofrecuencia también ayuda a ahorrar en materiales, puesto que las etiquetas que se utilizan se pueden grabar y regrabar todas las veces que sean necesarias, por lo que tienen una vida útil muy larga.

Una vez que el artículo está en su destino final, la etiqueta se retira y puede volver a utilizare con otro producto.

La tecnología RFID ya ha cambiado de forma radical el trabajo en la cadena de suministro, y no ha parado de evolucionar desde que fue inventada, por lo que todo hace presagiar que en el futuro sus usos seguirán aumentando, y con ellos los beneficios que obtienen tanto las empresas como los consumidores.