Problemas más habituales con las herencias

Aunque recibir una herencia puede ser positivo, hay casos en los que esta situación se vuelve más complicada de lo esperado. Los problemas con las herencias están a la orden del día, y es importante conocer los más habituales.

Renuncia a la herencia de uno de los herederos

Nadie está obligado a recibir lo que le corresponde por herencia, es posible renunciar a ello. Eso sí, la renuncia debe ser total. La persona renuncia a todo, a hacerse cargo de las deudas y a adquirir los bienes que le hubieran correspondido.

En el Diario Siglo XXI explican qué se hace en estos casos. Lo que sucede es que esa parte a la que se ha renunciado pasa automáticamente al resto de herederos tanto en el activo como en el pasivo.

No hay herederos

El Código Civil establece el orden de sucesión en la herencia para aquellos casos en los que no hay testamento. Si no hay herederos, o los que hay no están interesados en hacerse cargo del patrimonio que ha dejado el fallecido, estamos ante una herencia sin herederos.

Que bienes como un inmueble queden sin dueño, puede ser un problema para las personas que viven al lado. Por eso, nuestro ordenamiento jurídico ha resuelto esta cuestión designando como heredero al Estado en aquellos casos en los que no haya nadie llamado a la sucesión.

Disputas por el reparto de los bienes

Sin lugar a dudas, uno de los problemas más habituales con las herencias es la falta de acuerdo a la hora de repartir los bienes, algo que suele ocurrir cuando el fallecido no ha dejado un testamento determinando cómo desea repartir sus cosas.

La mayoría de los conflictos están ocasionados porque todos quieren recibir lo máximo posible y, a ser posible, pagar poco o nada. Una disputa de este tipo entre familiares puede enquistarse y durar años, provocando que, mientras tanto, los bienes de la herencia no se puedan tocar (aunque si van a generar gastos como el IBI, las comisiones de mantenimiento de las cuentas corrientes, etc., que deben pagar todos los herederos).

Puede que no sea una decisión fácil de tomar, pero lo más aconsejable en estos casos es olvidarse de las discusiones y los conflictos familiares y acudir al juzgado para que la autoridad judicial reparta la herencia.

Hay muchas deudas

Los herederos se convierten en los propietarios de los bienes que ha dejado el fallecido, pero también se quedan con las deudas. Así, si se hereda una vivienda hipotecada, también se adquiere la responsabilidad de pagar lo que quede de préstamo hipotecario.

Si una herencia viene con demasiadas deudas, puede ser interesante pararse un momento a pensar si de verdad merece la pena aceptarla.

Otra opción es hacer una aceptación a beneficio de inventario. Esto significa que el heredero accede a los bienes y se queda con las deudas del fallecido, pero solo va a responder de estas con los bienes que forman parte de la herencia. Si no se hace así, estamos ante una aceptación pura y simple que permite a los acreedores de quien ha fallecido dirigirse contra los bienes de los herederos para cobrar su deuda.

El Impuesto de Sucesiones es elevado

El Impuesto de Sucesiones cuando se hereda a un familiar de primer grado prácticamente ha desaparecido en muchas comunidades autónomas. No obstante, hay que liquidarlo aunque el resultado sea igual a cero, puesto que en caso contrario se pueden tener problemas con Hacienda.

Si el monto de la herencia es muy alto, o si estamos heredando de un familiar que no es de primer grado, entonces sí hay que pagar el impuesto, y el importe puede llegar a ser muy elevado. De nuevo, hay que hacer cálculos antes de tomar la decisión de aceptar la herencia, para ver si realmente compensa.

La renuncia formal a la herencia (hecha ante notario) extingue la obligación de tener que liquidar y abonar el Impuesto de Sucesiones.

Usufructo

El usufructo implica que hay una persona que puede hacer uso de un bien y otra que tiene la propiedad pero no puede disfrutarlo, aunque sí debe hacerse cargo de los impuestos que recaigan sobre el mismo.

El usufructuo suele recaer sobre bienes inmuebles y puede llegar a convertirse en un problema si no hay acuerdo entre quien ostenta este derecho y quien tiene la nuda propiedad. Para evitar conflictos se puede llegar a una solución, como que el usufructuario compre la propiedad del bien, o que el nudo propietario compre el derecho del usufructuario. En ambos casos, lo que se consigue es que una sola persona tenga tanto la propiedad como el derecho de uso.

Estos son algunos de los problemas con las herencias. No son algo inusual, pero sí pueden complicar la vida de quien se ve inmerso en ellos, de ahí la necesidad de buscar una solución. Si el diálogo entre las partes no funciona, entonces la mejor opción es buscar ayuda profesional y resolver el problema por la vía judicial.