Expertos en calzado explican cómo elegir zapatos infantiles

Elegir un buen calzado siempre es importante, pero en el caso de los más pequeños optar por el idóneo según su edad y necesidades específicas resulta fundamental para el buen desarrollo del niño, teniendo en cuenta que el zapato va a influir en una correcta pisada, que evite posteriores problemas de salud, e incluso en una buena postura corporal, tan importante durante la etapa de crecimiento.

Los materiales con los que estén elaborados, la suela, el cierre, la talla idónea... son muchos los detalles en los que fijarse y para acertar, nada mejor que seguir los consejos de los expertos en calzado cuando explican cómo elegir zapatos infantiles.

Forma y talla

Llevar la talla exacta, según las medidas del pie del niño, es premisa básica para el calzado cumpla su función, protegiéndole y ayudándole en cada paso. Los niños crecen deprisa y no es extraño que un zapato les vaya pequeño a los pocos meses, pero para favorecer su desarrollo, no queda otra que cambiárselos.

Los zapatos nunca deben hacer que los dedos se compriman impidiendo que se estiren con normalidad. Por eso, "a la hora de adquirir unos nuevos comprueba que hay una mínima distancia, al menos 0,5 cm, entre el dedo pulgar y la punta del zapato", leemos en este artículo de Que.es. Tampoco hay que comprarlos una talla extra para que duren más, porque el zapato podría causarle incómodas rozaduras y, además, acabar alterando la pisada. El calzado de los niños no debe apretar, por lo que, no solo hay que vigilar la longitud sino también la anchura de la horma, comprobando que tenga la holgura suficiente para caminar, saltar y correr sin problemas.

Suaves y flexibles

El material del que estén hechos los zapatos también reviste importancia a la hora de cuidar los pies de los más pequeños. Siempre que sea posible, elígelos en piel u otros tejidos naturales para que resulten suaves y flexibles, especialmente en la zona del empeine y del talón. Los tejidos naturales contribuirán a que los músculos, huesos y articulaciones, que intervienen en el movimiento de andar, se muevan con la suficiente libertad y logren el apoyo perfecto en el suelo.

La suela

A la hora de elegir zapatos infantiles, comprueba que esa necesaria flexibilidad resulta patente en la propia suela. Una suela excesivamente rígida impedirá el movimiento natural del pie del niño, algo que hay que vigilar especialmente en los primeros años de vida. Es importante comprobar también que la suela tiene un buen agarre para evitar resbalones y caídas.

La suficiente sujeción

Cualquier zapato que vaya a utilizar un niño debe garantizar una óptima sujeción del piel sin comprimirlo. Sobre todo en los niños más pequeños es esencial que los laterales del calzado lleguen hasta debajo de los maléolos (los huesos laterales de los tobillos) para evitar así posibles torceduras. En el caso de las botas que cubren los tobillos es importante que sujeten pero siempre resultando flexibles para no dificultar el movimiento.

Plano y ligero

Como norma general, un zapato infantil debe ser lo más ligero posible para que no supongan un peso extra a la hora de levantar lo suficiente el pie a cada paso. Para los más pequeños la suela no puede ser excesivamente gruesa aunque, lógicamente a medida que el niño crezca, el grosor podrá ir aumentando. Los zapatos de los niños (y niñas) han de ser planos con un mínimo tacón para favorecer la estabilidad en la pisada.

Transpirables

Es otro detalle importante en el que inciden los expertos al hablar del calzado infantil ya que un zapato que permita el flujo de aire favorece la salud de los pies a cualquier edad. Para los niños es preferible optar por tejidos naturales, antes que por materiales sintéticos en el interior del zapato: forros, refuerzos, empeine, plantillas... para permitir una buena transpiración que evite la acumulación del sudor.

Cierre con velcro o cordones

Para incrementar la sujeción y la seguridad en cada pisada es recomendable que los zapatos de los pequeños queden bien cerrados con ayuda de unas tiras de velcro, que además podrás adaptar a la medida exacta del pie para evitar molestias. A medida que van creciendo, los cordones pueden sustituirlas y cumplir el mismo objetivo.

Plantillas

Por último, recuerda que el calzado infantil no debe incluir ninguna plantilla terapéutica sin la previa indicación específica de un podólogo.