¿La tecnología ha mejorado nuestro día a día?

Para nadie es un secreto que la tecnología ha invadido cada aspectos de nuestra vida. Desde cómo nos comunicamos, pasando por la forma en que realizamos nuestros negocios, el entretenimiento que consumimos y hasta la manera en que conocemos nuevas personas. Esto, en cierta medida es bueno, pues la tecnología ha logrado que nos unamos más como comunidad, que la soledad no sea una verdad tan universal; aquellos que quieran estar en contacto con sus familiares, realizar negocios desde cualquier parte del mundo o busca al amor de su vida, encuentran en la tecnología el medio para lograrlo, sin tener que preocuparse en otro factores. No obstante, la pregunta surge ¿realmente la tecnología ha mejorado nuestras vidas?

La respuesta no es para nada sencilla. Aunque es verdad que la tecnología ha traído muchos beneficios tanto en lo personal como en lo global, para nadie es un secreto los males que en lo que nos ha sumergido. En el principio del siglo pasado, los seres humanos creamos, con toda nuestra inteligencia y jactándonos de ella, bombas que fueron las causantes de millones de muertes. Fue la catástrofe de creernos capaces de manejar lo poderes que descubrimos.

Para cuando nos dimos cuenta de la magnitud de nuestro error, no nos importó. Los años siguiente a eso suceso, no fueron más que la antesala a una revolución armamentista. Un despertar bélico compuesto por potencias en disputas que se amenazaban unas a otras, temerosas todas de sus vecinos. En este aspecto la tecnología fue un aliada del mal. No obstante, leemos aquí, estos años también fueron de crecimiento para nuestra especie. Un hombre fue enviado a la luna, con el fuerte trabajo y la innovación que eso conllevó nuevas formas de comunicarnos aparecieron.

Para la segunda mitad del siglo XX, comenzábamos a dar pasos de gigante sobre los terrenos tecnológicos. Nuestra soledad empezaba. Creamos internet, las redes de comunicación, formas en que pudieras estar más cerca sin estarlo, de sentir sin la necesidad de sentir, de ser nosotros sin estar ahí para evidenciarlo. De nuevo nos creímos los amos del universo.

Las telecomunicaciones, hoy en día, nos has traído un sinfín de beneficios como ya se dijo antes. No sabríamos cómo vivir la vida de no ser por internet y todas sus ramificaciones. Sin embargo, esto nos ha alienado como seres humanos. Cada día vemos más casos de personas adictas a diferentes tipos de tecnología, lo cual las ha llevado a alejar se todo y de todos. Uno de los principales problemas es que confundimos el mundo real con ese otro mundo, el virtual, donde tenemos todo a nuestro alcance, donde somos alguien, donde somos algo.

La conclusión de esto aún no se puede conseguir. En los principios del siglo pasado nos creímos capaces de manejar la tecnología y gracias a ella creamos el infierno. Ahora, a inicios de este siglo, el clamor es que aprendamos de nuestros errores, que la alienación no sea la regla sino la excepción. No podremos separarnos de la tecnología, eso está claro, y no debemos hacerlo. Lo que sí debemos hacer es aprender a convivir con ella, utilizarla nuestro beneficio y no sumergirnos en esas aguas del olvido, en la que muchos parecen estar hoy en día.